Cada día nos levantamos con la espada de Damocles sobre nuestras cabezas, con discursos catastrofistas y con el martilleo constante de las carencias del tejido productivo de nuestro país, de la necesidad de congelar y recortar salarios y jornadas, martilleo que no cesa y que parece que pretende que adquiramos un sentimiento de culpabilidad sobre la crisis y sus nefastas consecuencia. Es un ataque constante y orquestado de políticos, financieros y empresarios, que en el fondo buscan desviar la atención sobre el desmantelamiento del estado del bienestar. Y es el momento de rebelarnos, de decir NO en un sentido mayestático y si me apuran un NO en mayúsculas con doble subrayado y con efecto relieve.
No es admisible que se nos siga diciendo que hay que bajar los salarios para poder competir. Es mentira el discurso de los políticos y altos cargos de que España no compite y que es necesario rebajar los salarios para que España pueda ganar competitividad y que para lograrlo haría falta rebajar los salarios un 20% y vuelvo a repetir, es mentira. Desde el año 2000 España ha ganado competitividad comparada con Alemania, Francia, Inglaterra e Italia. Desde el año 2000 nuestra productividad ha crecido más y nuestros costes de trabajo han crecido menos que en los grandes países europeos.
Del 2000 al 2008, el índice de productividad por trabajador en España permaneció inalterable, sin mostrar ningún crecimiento. El mismo índice de productividad en Alemania creció de forma constante hasta alcanzar un valor de 108.6, en el primer trimestre del 2008 la productividad en Alemania empezó a decrecer al tiempo que crecía con fuerza en España. En el primer trimestre del 2010 el índice de productividad en España ha alcanzado un valor de 106,8 mientras que Alemania ha caído hasta un valor de 102,7. Lo mismo ha pasado con los demás grandes países europeos, el índice de productividad en España en el primer trimestre del 2010 es más alto que en Francia e Italia, solamente Inglaterra nos supera, por muy poco.
Los tiempos en que la productividad no crecía en España se han acabado. La productividad ha crecido en España en un año todo lo que no había crecido en los 8 años anteriores, pero no sólo el crecimiento de productividad del año 2000 al 2010 ha sido enorme, la productividad absoluta, medida como Unidades de PIB por trabajador es más alta en España que en Alemania, Inglaterra e Italia siendo superada solamente por Francia.
Europa nos da también datos sobre el crecimiento de la relación del costo real por persona a la producción real por persona. Esta relación creció en algunos países y decreció en otros. En aquellos en que esta relación creció los salarios crecieron más que la productividad, en aquellos en los que esta relación decreció los salarios crecieron menos que la productividad. En el periodo 2000 al 2010 esta relación cayó en España un -0.57% anual, en Alemania la relación cayó un -0,33% anual. En Francia, Italia e Inglaterra esta relación creció.
A diferencia de lo que nuestros políticos, empresarios y sabios financieros nos han repetido hasta aburrirnos, el comportamiento de los salarios en España fue el menos agresivo de los grandes países europeos en la década del 2000 al 2010. De las grandes economías europeas, España es en estos momentos la que más ha mejorado su competitividad cuando se compara con la situación en el 2000.
Según el informe de la Comisión Europea Employment in Europe 2006, publicado el pasado mes de noviembre, los asalariados con contrato a jornada completa (que son el 81,6% del total) trabajan una media de 40,4 horas semanales en la Europa de los 25.
El Reino Unido es el país en el que la jornada laboral es más larga, 42,6 horas semanales (2 horas y 12 minutos más que la media de la UE-25), mientras que Holanda está en la situación opuesta, con una jornada media de 38,8 horas semanales, 1 hora y 36 minutos menos que la media europea y casi 4 horas menos que el promedio británico.
En España la jornada es de 41,1 horas semanales, superando a la media comunitaria en 42 minutos. Los hombres trabajan de media 41,8 horas (30 minutos más que la media masculina europea), y las mujeres 39,8 horas (42 minutos por encima). Tanto para el total como para los hombres, el tiempo de trabajo de jornada completa en España es el tercero más prolongado entre los países observados. En el caso de las mujeres, se trata del segundo más extenso, solo superado por el de las asalariadas británicas.
Desde este punto y con los datos en la mano buscando el tan traído y llevado tema de los estímulos a la economía, es hora de que gobierno y empresarios adopten una medida valiente y que ya se puso sobre el tapete en la crisis de los noventa, una medida que se puede etiquetar como progresista pero que yo llamo lógica: Dado que nuestra jornada es la tercera más larga de Europa, reduzcamos la jornada laboral dando con ello entrada al mercado de trabajo a jóvenes y parados de larga duración, con ello incrementaremos el consumo lo que revertirá en una mejora de la economía y un descenso del personal desempleado.
Es hora de que el tejido empresarial asuma también el compromiso social que le corresponde en este país y que el gobierno haga su trabajo en lugar de permitir el continuado engaño a la clase trabajadora.
Rafael Cañete Rubio (Vicesecretario General FeS-UGT Extremadura)